Por mucho que aseveren en contra quienes de ello son víctimas, vivimos en la cáscara de huevo que supone el intelecto. Desde que nacemos se nos enseña a creer que lo único real es aquello que percibimos físicamente; lo que podemos tocar, oler, ver, comer u oir con nuestros cinco sentidos. Es decir, aprendemos a desarrollar las habilidades de nuestro cerebro izquierdo que es aquel que nos conecta con este mundo material y físico....